Tantos lugares diferentes, tantos cambios de paisaje y de entornos, de iluminación y al final, un reportaje de post boda de lo más gratificante profesionalmente. Con Gema y con Ángel, además fue una experiencia inolvidable. Otro de los momentos que volverías a repetir cada día. La naturalidad de Gema, la sobriedad de Ángel, crearon una combinación mágica para un trabajo del que siempre guardaremos un bonito recuerdo.
Un proyecto de post boda donde el reloj se detuvo.